Este pintor centroafricano, cuyas pinturas con notas naïf buscan despertar la conciencia ecológica entre sus conciudadanos, tendrá lugar en el Cuadrado de arte y ciencias del Museo de Burdeos ciencias y naturaleza.
Sensible a la exuberante naturaleza de su tierra natal y al peligro acechante al que se ve expuesta por parte del hombre, su pintura traduce sus visiones oníricas y morales de su entorno. Dieudonné Sana Wambeti aprecia en especial la naturaleza del bosque y la riqueza mineral de su país natal y se preocupa profundamente por el peligro al que está expuesta por parte del hombre (deforestación intensiva y saqueo de recursos naturales). El artista pinta lo que siente y acompaña su obra con un texto intencionado, pero que no ensombrece la carga poética de la pintura.
Si bien su obra es desde hace años muy valorada en la escena artística contemporánea africana e internacional, paradójicamente, el artista sigue encontrando dificultades para mantener a su familia con su trabajo. Muy unido a su país natal, pese a la precaria situación económica y material que vive, tiene su estudio en Bangui, donde trabaja y da clases de pintura. El artista persevera día a día en su ideal pese a residir en un país devastado por las tensiones políticas y la violencia étnica e interreligiosa, zozobrado continuamente por fanatismos radicales.
En una república sin litoral enclavada en el corazón del continente negro, preocupado por el futuro de su país, Wambeti nos habla sobre su vida, sus inquietudes humanas y sociales, y proyecta en su obra sus esperanzas y temores por el futuro de sus compatriotas. Frente a las múltiples devastaciones de su territorio, reivindica un serio compromiso ecológico y, para legitimar su desazón, a menudo evoca las palabras de sus antepasados. Este patrimonio oral adopta en su imaginario pictórico la forma de fábulas con apariencia naïf, trazos poéticos y sorprendentemente surrealistas.
Consciente de su papel educativo ante el pueblo centroafricano, Dieudonné Sana Wambeti es un sabio, un fabulista que con su arte expresa su mirada del mundo. Orgulloso de ser "el embajador" de su país, como así le apodan, firma sus pinturas añadiendo una "A" (NdT: inicial de ambassadeur, en francés) a su nombre. A través de sus pinturas altamente ingeniosas, el artista consigue llegar tanto al público general como a los aficionados al arte más ilustrados y exigentes.